INEvitable
Hola, amor. ¿Cómo va tu día? Y entonces empiezo a quejarme de las irregularidades de mi trabajo que se presentan con tanta cotidianidad que creo que debería llamarlo normalidad. ¿Y tú? Mal. Tengo algo que decirte y espero que no cambie nada entre nosotros. Creo que esa contracción en el estómago es síntoma de preocupación. ¿Pues qué pasó? ¿Estás bien? No…
¿Te acuerdas que fui a sacar mi INE hace un mes, después de que me asaltaron, y me mandaron a otro lado porque ahí no se podía y que necesitaba cita (aunque en realidad puedes llegar a formarte y te pasan) y bla bla bla y ya que fui me dijeron que pasara a recogerla pero el día que fui no trabajaron porque era puente? Sí, sí. Pues, hoy que no trabajé, me levanté temprano y fui. ¿Y te la dieron? Sí… (pausa dramática) ¿Entonces, cuál es el problema o qué pasó? (otra pausa dramática)… Nada, pues que ahora mi INE es de la GAM. Soy oficialmente chilango. Se me acaba de ir todo el movimiento alterado sinaloense… ¿Aún me quieres?