El karma: #LordVentana 2.0

¿Recuerdan la crónica chilanga sobre cierto hombre dramático agonizante? (Ver El trágico caso de #LordVentana). Pues al subir al Ecobús venía detrás de mí el épico e inigualable #Lord Ventana. En cuanto lo vi me dieron ganas de decirle: “Milagro del Señor, ¡estás vivo!”. Las gotas de sudor indicaban la razón por la cual iba al lado de la ventana más abierta del transporte público. En ese momento quería decirle: “¿Acaso estás loco o eres un suicida?”, porque yo #merezco defender al chavo de la otra vez. La espinita seguía enterrada.

Minutos después, me tocó sentarme. Él avanzó hacia atrás, suspiró y se agitó la camiseta como queriendo hacerse aire. Yo abrí la ventana con malicia para que el chico que ocupó su lugar se refrescara mientras #LordVentana se derretía en la parte de atrás con toda la gente que, sentada, disfrutaba del privilegio que tiene por esta vez.

Al bajar del camión, lo veo en el asiento de en medio en la última fila, ahí donde aún sentada no alcanzará nunca una ventana ni a entrarle algo de aire que refrescara su rostro aperlado de sudor. Pienso que tal vez no era necesaria tanto griterío si la vida iba a cobrársela a semejante espécimen, pero igual no estaría de más encontrar la manera de tener un papel más activo y un plan no violento para solucionar estas cosas. De cualquier manera fue bonito y bajé pensando que está también resentida la vida.